EL DESPLAZAMIENTO DESPOJA A SUS VÍCTIMAS DE LO QUE LES PERTENECE, PERO JAMÁS LES ARREBATA LAS ESPERANZAS
Araminta Suarez recibió la mejor noticia de su vida, tener casa propia
No recuerda el día, pero sí que se trataba del mes de diciembre justo en pleno preparativo para las fiestas de navidad, cuando decide abandonar la finca en la que vivía junto con sus cuatro hijos y su esposo ubicada en la vereda Palenquillo en el municipio de Aguachica Cesar, ese día despertó y pensó que era el momento, que no había otra alternativa, que el encontrarse con su hermano en la vereda Santo Domingo en el Municipio de Arenal (Bolívar) sería la solución a tanta incertidumbre originada por la presencia de grupos armados que con más frecuencia rodeaban su finca.
Pensando entonces en la posibilidad de mejorar las condiciones de vida y en parte huyéndole al conflicto armado, Araminta y su familia resuelven salir en horas de la noche, ese día en sacos de fique guardaron lo poco que pudieron sacar de la finca, sobretodo ropa y algo de alimento para las horas de camino, “tomamos la trocha desde las 2:00 pm, llegamos a Arenal y el recorrido inició en mula desde la cabecera municipal hasta la vereda, fueron casi siete horas por eso llegamos cansados y hasta arrepentidos por las dificultades en el viaje, pero ya no había nada que hacer la decisión estaba tomada y teníamos que acostumbrarnos”, asegura Araminta Suárez, madre de cuatro hijos y abuela de dos nietos.
Después de un largo recorrido por trocha donde solo se es posible llegar a un destino como se dice popularmente a lomo de mula, Araminta comienza una nueva vida en la Vereda Santo Domingo, un lugar ubicado a 43 Kilómetros de la cabecera Municipal, fundado hace aproximadamente 25 años por Jesús Pallares y Marcial Pacheco, en la actualidad se encuentra habitado por 40 familias, dedicadas a la agricultura a través de la siembra de cacao, yuca, fríjol, plátano, maíz y caña, y otro porcentaje a las labores propias de la minería artesanal.
Son pocas las personas que a raíz del conflicto encuentran refugio en otro lugar, está familia por ejemplo, acudió a la ayuda de un familiar en una zona lejana, con dificultad en las vias de acceso, carente de servicios básicos como energía, acueducto y gas, por eso Araminta señala que debieron comenzar de cero, durmiendo los primeros días en casa de su hermano sobre el piso de tierra hasta que su compañero sentimental lograra reunir con su trabajo en la agricultura algo de dinero y poder construir un improvisado lugar para vivir, “fue una decisión muy difícil porque mis hijos todos eran menores de edad, pero a uno le toca elegir primero la vida antes que la comodidad, el cambio fue difícil sobretodo porque estábamos muy apartados del casco urbano y solo pensaba si alguno de mis hijos se llegara a enfermar, cómo sería eso, si había que salir caminando o en mula por más de siete horas hasta encontrar un centro de salud”. Comenta Araminta cuando se refiere al proceso de adaptación que debieron afrontar cuando fueron desplazados.
Diez años después el sacrificio parce darle una recompensa a esta familia, por medio del convenio firmado entre la Fundación Panamericana para el Desarrollo FUPAD, la Corporación Desarrollo y Paz del Magdalena Medio CDPMM, la Gobernación de Bolívar y las alcaldías municipales de Arenal, Morales y Río Viejo, denominado: “Retorno y Restablecimiento Socioeconómico a población desplazada, retornada y vulnerable de la zona alta de los Municipios de Morales, Arenal y Río Viejo, Sur de Bolívar, fue posible que Araminta Suarez, hoy tenga un hogar con mejores comodidades para poder vivir, por ejemplo: el techo de su casa ya no es de palma, el piso que era de tierra ahora es de cemento, como ella son 35 las familias que se benefician con este clase de proyectos, el aporte de los favorecidos se vio representado en material de rio y atención para los maestros encargados de materializa el sueño de todos.